Después de todo, el 1 de junio fue histórico para México. Con su reforma judicial, Morena trajo un nuevo récord de participación. Después del 60 por ciento de participación en la última elección presidencial, las proyecciones de esta elección judicial apuntan a cuando mucho el 13%, según estima el propio Instituto Nacional Electoral.
Pero, aunque muchos festejan, la realidad es que la reforma judicial no fracasó y el abstencionismo tampoco ganó.
Lo que pasó fue que, ya sea por desinterés o de manera consciente, el pueblo perdió.
Sí. Quedarse en casa y no hacer nada confirmó el gran rechazo, pero ¿se traducirá en algo? La respuesta es no.
Respaldados por apenas 1 de cada 10 mexicanos, los jueces, magistrados y ministros, cuyos nombres fueron votados, ejercerán de todas maneras los cargos.
Solo para recordar, porque muchos no alcanzaron a entender, estos son quienes decidirán si uno es culpable o inocente, si uno queda en libertad o se queda años en la cárcel.
Poco antes del mediodía, de este lunes 2 de junio, los cómputos del INE sobre la elección federal indicaban un avance del 47 por ciento en el cómputo de las 1,284 actas esperadas en Quintana Roo.
La tendencia confirma las estimaciones del Instituto Nacional Electoral: los números de participación en Quintana Roo apenas rayan en el 14 por ciento.
Ese porcentaje representa, apenas 93 mil personas. De continuar la tendencia, la cifra alcanzará, cuando mucho, los 180 mil votantes de una lista nominal de 1.5 millones de quintanarroenses.
Pero estos niveles de participación no son nuevos en Quintana Roo. De hecho solo está por debajo de aquella elección en la que el mismo Morena comenzó a hacerse del poder público en 2019.
En aquella ocasión solo dos de cada 10 ciudadanos salieron a emitir su voto.
Mientras a nivel nacional Morena hizo historia con la votación más baja, en Quintana Roo, el partido impulsor de la reforma judicial, solo repite la historia.