A nadie lo educan para ser padre, o al menos eso es lo que siempre se escucha en la sociedad mexicana. Sin embargo, esta nueva era abre una gran oportunidad para muchos padres y madres que pueden acceder al taller de “Crianza Positiva”, antes conocido como “Escuela para Padres”, del Centro de Integración Familiar (CIF), donde se abordan temas tabú sobre la crianza de sus hijos, ya que la mayoría de ellos atraviesan un divorcio en el que sus hijos se ven involucrados.
Hasta la fecha, el número de usuarios hombres es menor al de mujeres —62 varones frente a 127 madres—, sin embargo, se recalca que cuando los hombres asisten al CIF son quienes más interactúan y fluyen en los grupos, informó Katia Michele Romero López, coordinadora del Centro de Integración Familiar.
En el marco del festejo por el Día del Padre, para sorpresa de muchos, los padres varones son los más participativos durante las sesiones del taller “Crianza Positiva”. La mayoría de los participantes llega al sitio por orden judicial, ya sea por vinculación con los juzgados familiares o por la Procuraduría, señaló.
Incluso, en el CIF registran a vecinos que habitan en Palmas I, quienes se han sumado a los talleres.
Katia Michele explicó que los tutores que asisten al taller “Crianza Positiva” es porque enfrentan un conflicto legal entre ellos, en el que sus hijos e hijas quedan en medio debido a disputas por la guardia, custodia y régimen de visitas.
“Muchas veces los padres y madres se separan porque ya había conflictos antes del divorcio, y al separarse se incrementan esas peleas. El juzgado nos los canaliza y aquí los fortalecemos con talleres de ‘Crianza Positiva’ y terapias psicológicas”, mencionó.
La coordinadora detalló que muchas de las discrepancias entre los padres se deben a la forma en que establecerán la convivencia con sus hijos, lo que incrementa los conflictos. Por ello, la finalidad del personal del instituto es fomentar buenos tratos entre los padres y, en consecuencia, beneficiar a los niños y niñas.
Agregó que también hay casos en los que los tutores litigan por la entrega de pensión alimenticia.
Los usuarios del taller tienen entre 30 y 45 años de edad. El taller “Crianza Positiva”, que se imparte los días jueves, consta de seis sesiones, cada una con una duración de dos horas. Para asistir, los usuarios solicitan ese día como descanso laboral.
El taller se denomina “Crianza Positiva” o educación sin violencia, ya que anteriormente había resistencia al nombre “Escuela para Padres”, pues generaba cuestionamientos sobre cómo podrían los funcionarios enseñar a ser padres.
“Aunque tengamos investigaciones científicas que avalan una crianza basada en el respeto, no existe un manual que funcione para todas las familias. Por eso damos herramientas para una crianza respetuosa y para el entendimiento de la etapa infantil, ya que muchos padres y madres se desesperan”, explicó.
Katia Michele informó que la mayoría de los usuarios trabaja en el sector turístico y, hasta ahora, no han tenido problemas con sus empleadores. Por ejemplo, en el sector hotelero les otorgan permisos para asistir al CIF siempre y cuando presenten constancia de sus asistencias.
La especialista señaló que los grupos del taller están conformados por hombres y mujeres, guiados por un psicólogo o psicóloga que dirige sin jerarquizar.
“La persona que facilita es solo una guía; no ordena, sugiere para que todos participen”, explicó.
Mencionó que uno de los acuerdos más importantes del taller es la confidencialidad: todo lo que se comparte permanece en ese espacio, en respeto a la historia de vida de los asistentes.
“Hacemos que el grupo sea un lugar seguro para que padres y madres cuenten sus historias sin sentirse juzgados, ni por la guía ni por otros papás. Cuando comparten, muchos descubren que no son los únicos que se desesperan o que han reaccionado mal. En maternidad y paternidad, todos tienen las mismas dudas”, expresó.
Dudas comunes en la paternidad
Los psicólogos del taller han detectado que uno de los temas más recurrentes es cómo abordar los problemas en la adolescencia de los hijos, ya que muchos padres y madres carecen de herramientas para orientarlos. Esto incluye también la educación sexual.
“Hace un mes, los padres empezaron a hablar sobre cómo lidiar con sus hijos adolescentes. Muchas veces no tienen las habilidades para enfrentar estas etapas de forma saludable”, señalo Katia Michele.
En el taller, se desmitifica la sexualidad, abordándola no solo desde el acto sexual, sino desde el conocimiento del cuerpo. Se busca que padres y madres comprendan su propia sexualidad para así guiar mejor a sus hijos.
Actualmente, puntualizó que el taller atiende a padres y madres con hijos de entre 7 y 13 años.
“Les aclaramos que no damos consejos, porque eso implicaría imponer. Las familias y sus dinámicas son diferentes. Brindamos herramientas generales para que aprendan a autorregularse emocionalmente”, explicó.
También observan que los padres suelen delegar el cuidado de los hijos menores a los mayores, quienes asumen responsabilidades que no les corresponden por su edad.
Uno de los principales desafíos es que los tutores dejen de pensar que pueden cambiar a sus hijos solo por ser rebeldes, cuando muchas veces no saben poner límites y son permisivos.
Katia Michele comentó que la crianza ha evolucionado: antes la violencia era normalizada; ahora se ha ido al otro extremo, al evitar comunicarse por temor a causar trauma.
“Por eso hablamos de límites y desde dónde se colocan”, afirmó.
Finalmente, indicó que en terapia familiar se aborda la jerarquización de los roles: los padres deben ser figuras de autoridad, no amigos. Aunque la convivencia debe ser sana, los hijos necesitan guía y estructura sin que eso implique violencia.