La deportista transgénero Coco Torres González ganó un amparo indirecto contra la Federación Mexicana de Voleibol, porque le estaban imposibilitando a las mujeres trans participar en esta disciplina en ciertas posiciones dentro de los partidos, específicamente en donde no tenía ataque.
Lo anterior fue informado por la deportista a propósito del último día del mes alusivo a la comunidad LGBTTTIQ+, ya que fue una de las personas a quienes les dedicaron la marcha del Orgullo 2025.
Las restricciones que enfrentaba en el voleibol
La Federación impedía que Coco Torres ocupara un puesto de ataque, con ello le retiraba la posibilidad de rematar el balón con fuerza para anotar puntos, por encima de la red hacia el campo contrario.
“Solamente me dejaban jugar la posición de líbero, que es una posición en donde el atleta juega atrás, para sustituir a las personas que brincan mucho, es meramente defensa y no pueden pasar a la parte de enfrente a rematar el balón. Entonces, la Federación a mí me había limitado a jugar en la parte de atrás y no podía pasar al frente ni a bloquear o rematar. Líbero es el jugador que siempre tiene un uniforme diferente”, describió.
El proceso legal que cambió las reglas
La luchadora por los derechos de la comunidad trans en el deporte dijo que hace dos años se unió con otras chicas para entablar una demanda contra la Federación Mexicana de Voleibol.
Coco Torres reveló que cuando la directiva de la Federación Mexicana de Voleibol le “puso trabas” para impedir que participara en el voleibol, porque alegaba que solamente las “nacidas mujeres” podían jugar esta disciplina de piso, la deportista contestó que el término es manejado de forma inadecuada.
“Todas las mujeres nacemos, ninguna lo hace muerta. Las personas que nacen muertas no juegan voleibol. Las mujeres transexuales en nuestro país tenemos derecho a jugar con cualquier otra mujer”, sentenció.
La activista indicó que juega voleibol en un club deportivo de Quintana Roo y en los últimos dos años estuvo jugando en la posición de líbero, pero de este año en adelante ya puede jugar en equipos femeniles.
Coco Torres recordó que hace dos años la Federación Mexicana de Voleibol sacó una circular en donde decía que “solamente las mujeres nacidas precisamente podían participar en los equipos en las posiciones regulares y las mujeres transgénero se limitaban a jugar solamente en la posición de líbero”, dijo.
Mencionó que ella y sus colegas se unieron a un grupo de abogados, “Muñiz y Asociados”, que están en la Ciudad de México y al presidente de la Asociación Nacional de Deporte ANADE LGBT+, Iván Lara, quien les respaldó para llevar a cabo todo el amparo.
Primera en su tipo: precedente histórico en México
Coco Torres mencionó que es la primera en haber ganado un juicio de este tipo en el voleibol en México, pero en otros deportes está la futbolista trans Miranda Salman, que también jugaba en Quintana Roo y fue ella quien la asesoró para acercarse al equipo jurídico.
“Muchas personas piensan que las mujeres transexuales tienen más ventajas que las mujeres cisgénero; aquí el tema es que está comprobado científicamente que nosotras, al tener un tratamiento hormonal, perdemos masa muscular, estructura ósea. En mi caso, yo estuve lesionada casi un año, entonces estuve casi fuera de la ‘jugada’, por decirlo así, pero hoy en día ya me volví a preparar para poder competir”, detalló.
Con 54 años de edad, Coco Torres dijo que juega con su equipo en una categoría nacional en el festival anual que siempre hacen, porque participa en una categoría que se llama “Platino”, en donde juegan mujeres de 50 a 60 años de edad.
Emprendimiento inclusivo en Playa del Carmen
La atleta recordó sus inicios cuando llegó a Playa del Carmen y que fue muy difícil para ella abrirse camino, porque tuvo muchos problemas en el área laboral, ya que le cerraban muchas puertas, pero al final encontró una bella persona que le dio trabajo; con los años se independizó y abrió una peluquería.
Finalmente, Coco Torres señaló que uno de sus propósitos, también como empresaria en Playa del Carmen, es brindarles trabajo a chicas trans, ya que cuenta en su salón de belleza con tres mujeres trans, dos chicas cisgénero y un joven que es gay, porque es un espacio inclusivo.