En un esfuerzo por consolidar su identidad histórica y potenciar su proyección internacional, el municipio mexicano de Solidaridad, corazón de la Riviera Maya, avanza en un proceso sin precedentes: cambiar su nombre oficial a Playa del Carmen.
La iniciativa, impulsada por la alcaldesa Estefanía Mercado, busca dejar atrás un legado asociado al controvertido expresidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) y reafirmar una identidad arraigada en la cultura local y el reconocimiento turístico global.
Historia y conflicto de identidad
El municipio de Solidaridad se fundó en 1993 tras separarse de Cozumel, adoptando un nombre vinculado al Programa Nacional de Solidaridad de Salinas de Gortari, un proyecto social criticado por su uso clientelista y su opacidad financiera. Sin embargo, su cabecera municipal, Playa del Carmen —bautizada en honor a la Virgen del Carmen y sus playas de arena blanca—, ha sido por décadas el nombre con el que se identifica internacionalmente este destino, visitado por millones de turistas al año.
La alcaldesa Esrefanía Mercado, asegura que el cambio no solo busca desvincularse de un pasado neoliberal, sino también “fortalecer la historia” y dar valor a los fundadores que establecieron la comunidad en 1902, fecha reconocida oficialmente en un decreto de 2019-2020, según explicó la regidora playense Mili Álvarez.
Un proceso participativo y sin costos
El proyecto, sometido a consulta pública desde enero de 2025, incluye cuatro foros ciudadanos con una participación masiva. Hasta el 15 de febrero, los habitantes podrán expresar su postura en espacios como el Teatro de la Ciudad “Xaman Ha”. Las autoridades aseguran que el cambio no implicará costos para los ciudadanos: documentos como actas de nacimiento o licencias seguirán siendo válidos, y la actualización de señalética será gradual.
“El pueblo es sabio y no caerá en provocaciones. Este proceso es democrático y responsable”, declaró Jorge Sanen, diputado presidente del Congreso de Quintana Roo, respaldando la transparencia del gobierno municipal.
Próximos pasos
Tras la consulta, la propuesta deberá ser aprobada por el cabildo municipal y luego por el Congreso de Quintana Roo, donde se requiere una mayoría calificada de dos terceras partes.