La comunidad veterinaria de Cancún y Playa del Carmen salió a protestar pacíficamente por el asesinato del médico veterinario, Héctor Hernández Cañas, ocurrido en el municipio de Tultepec, Estado de México y denunciaron que, a nivel local, también han recibido amenazas, agresiones y campañas de desprestigio, lo que pone en riesgo su seguridad y reputación.
En la ciudad de Cancún, la movilización inició en el Malecón Tajamar y concluyó en la Glorieta del Ceviche, donde las y los veterinarios, con pancartas en mano, exigieron a las autoridades que se garanticen condiciones seguras para ejercer su labor.
“Nos congregamos aquí los colegas, el gremio veterinario, sobre todo para visualizar el hecho que sucede recientemente, que se criminaliza nuestra profesión, sufrimos acosos por parte de redes sociales, por parte de personas que muchas veces son negligentes a la hora de la atención a sus mascotas
“Nosotros igual que las mascotas, igual que los animales, sufrimos, estamos aquí para apoyar a la población (…) no somos criminales, no somos asesinos como nos han hecho llamar. Estamos exigiendo respeto a la profesión y justicia para el esclarecimiento de nuestro colega, médico veterinario, Héctor Hernández Cañas”, expresó Christian Arturo Godoy, de la Clínica Animal Puente (CAP).
Con consignas como “Somos médicos, no criminales” y “Exigimos respeto y justicia”, los manifestantes hicieron visible la vulnerabilidad en la que muchas veces se encuentran quienes dedican su vida al bienestar animal.
“Todos los que estamos aquí hemos sido víctimas de amenazas o acoso en redes sociales. Hay clientes que llevan a sus mascotas en estado crítico y, cuando el desenlace no es favorable, somos atacados públicamente. Nos llaman asesinos, dicen que matamos mascotas y nos difaman en plataformas digitales”, sostuvo.
El detonante
El entrevistado indicó que el asesinato de Hernández Cañas, el pasado 11 de febrero, generó una ola de protestas a nivel nacional, este martes.
Relató que el veterinario atendió a una perrita Yorkshire Terrier que llegó a su consultorio con un hueso atorado en el esófago.
La intervención quirúrgica era necesaria, pero sus dueños inicialmente se negaron a realizarla y buscaron una segunda opinión, que confirmó el diagnóstico de Hernández Cañas.
Cuatro días después, cuando la mascota empeoró, los propietarios autorizaron la cirugía, la cual fue realizada con éxito. Sin embargo, la perrita presentó complicaciones posteriores y falleció.
A partir de ese momento, Hernández Cañas fue acusado públicamente de negligencia y maltrato. Sus clientes iniciaron una campaña de desprestigio en redes sociales, donde lo llamaron “asesino” y promovieron un boicot contra su clínica.
El acoso escaló a amenazas de muerte y extorsión. Sus agresores le exigieron 50 mil pesos para detener los ataques virtuales.
“Él se negó, pues sabía que no era responsable de la muerte de la perrita. Denunció en redes sociales el acoso y la extorsión, y presentó una denuncia ante la Fiscalía”, ahondó Godoy.
Días después, Hernández Cañas fue atacado con un arma blanca en el abdomen. Por temor, no acudió a un hospital y optó por tratarse en casa, pero murió.
Veterinarios playenses se suman a paro nacional
En el municipio de Solidaridad, un grupo de veterinarios se manifestó de manera pacífica en los bajos del palacio municipal, en Playa del Carmen.
Ahí coincidieron en que también han sufrido agresiones e incluso aseguraron que forman parte de la estadística de la población que se suicida.
La médica veterinaria, Lisbet Vázquez García, destacó que se reunieron para exigir respeto a su gremio porque han recibido agresiones verbales, físicas y emocionales, tanto en las redes sociales como de forma personal.
Dijo que quieren concientizar a la población sobre este problema porque tienen el derecho de ejercer una profesión con garantías de seguridad y sin temores.
La especialista destacó que han sufrido ataques de las y los propietarios de las mascotas, quienes muchas veces esperan que las y los veterinarios “hagan milagros para salvar a los animales” que como dueños, no cuidan, ni atienden debidamente.
Recordó que un ciudadano extranjero la insultó y la golpeó, al no poder salvar a los cachorros de una perra. Lisbet Vázquez dijo que esta persona no le pagó por la atención brindada y ella se vio envuelta en una depresión severa, además de verse obligada a contratar a un abogado.
El grupo manifestante informó que se trabajará en un pliego petitorio a entregar a las autoridades municipales, en el cual considerarán pedir apoyo a la Secretaría de Salud municipal, porque los veterinarios forman parte de los profesionistas que son vulnerables al suicidio, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)
Después del paro nacional buscan que haya un cambio en la legislación para que los propietarios acaten la responsabilidad de la atención de sus mascotas, porque la violencia y el maltrato animal se da en casa, no lo ocasionan los veterinarios.
