Como parte del fortalecimiento de la inclusión educativa, la especialista Paulina Gómez impartió en Playa del Carmen una conferencia dirigida a docentes sobre la detección del Trastorno del Espectro Autista (TEA) para proporcionarles herramientas a las y los maestros, que permitan identificar y atender a estudiantes con esta condición.
El director de Educación, Desarrollo Humano y Bibliotecas Públicas del municipio de Solidaridad, Manuel Jesús Lizama Guerrero, informó que esta es una segunda sesión, dirigida a educadores de preescolar, tras el éxito del primer simposio, al que asistieron 900 profesores de nivel primaria.
Las y los docentes han reportado que, en cada escuela del municipio, entre 10 y 15 estudiantes podrían estar dentro del espectro autista. La matrícula escolar en Solidaridad asciende a un promedio de 52 mil 326 alumnos en educación básica, que abarca preescolar, primaria y secundaria.
Lizama Guerrero reconoció que los síntomas del TEA pueden confundirse con hiperactividad o rebeldía, lo que dificulta su diagnóstico oportuno.
“Es muy complicado para los maestros detectar este tipo de espectro autista, ya que es confundido por alguna hiperactividad del menor, porque se enoja, es rebelde, etc. Eso no quiere decir que, los niños que han sido detectados con autismo tengan que ir a una escuela de educación especial”, dijo.
Sin embargo, subrayó que las y los niños con esta condición no necesariamente deben acudir a escuelas de educación especial, sino que pueden integrarse en espacios educativos inclusivos con el acompañamiento adecuado.
Al evento, realizado en el Teatro de la Ciudad, asistieron más de 800 personas. Como parte de los compromisos adquiridos, el Ayuntamiento buscará fortalecer la capacitación de las y los docentes, además de establecer redes de apoyo con especialistas en educación especial y psicólogos del DIF.
Wilma Guadalupe Pérez Cahuich, supervisora del sector III en Solidaridad, reconoció la importancia de este tipo de capacitaciones, pues en una sola escuela ha identificado hasta cuatro casos de niños con autismo.
Señaló que uno de los aspectos más complicados es la resistencia de algunos padres y madres para aceptar el diagnóstico de sus hijas e hijos, muchas veces debido a la falta de tiempo para convivir o el desconocimiento sobre la condición.
La supervisora del sector III –que comprende Cozumel, Tulum y Solidaridad– explicó que el nuevo modelo educativo establece la obligación de hacer las aulas más inclusivas, lo que exige una mayor preparación del personal docente. No obstante, lamentó que en la región aún sean escasos los espacios especializados para la atención de niños con TEA.
Añadió que la mayoría de las madres y padres que tienen en preescolar a sus hijas e hijos, trabajan en el sector turístico y son de alrededor de 40 a 50 años de edad.
Maribel Canul, supervisora de la zona 003, detalló que en preescolar los signos de autismo se pueden identificar cuando un niño o niña presenta hipersensibilidad al ruido, dificultad para socializar o falta de concentración en actividades.
“En el preescolar se puede ver que un niño tiene autismo, porque el ruido le lastima, no socializa con los niños, no permanece más de dos minutos haciendo alguna actividad, se le dificulta mucho la integración a su grupo”, explicó.
Señaló que mientras los niveles I y II del espectro permiten una integración escolar con apoyos adecuados, el nivel III requiere atención especializada.
Sin embargo, Canul destacó que el problema se resolvió gracias a pláticas de sensibilización con estudiantes y maestros, subrayando la necesidad de continuar con estrategias de prevención para garantizar un entorno libre de discriminación y barreras para el aprendizaje.