La ECPAT-México advirtió hoy en Cancún que, pese a los esfuerzos institucionales de Quintana Roo por prevenir la Trata de Personas en su modalidad de Explotación Sexual Comercial de Niñas, Niños y Adolescentes (ESNA), la problemática persiste y no solo gana terreno a través de internet, sino que sus escenarios de operación se han extendido hacia el mar, con la renta de embarcaciones privadas como yates para fiestas como espacio de para la comisión de delitos sexuales.
También es motivo de preocupación el riesgo en la modalidad del turismo comunitario, en boga en el mundo y uno de los nichos potencializados por la entidad, en la zona sur, así como la íntima conexión entre la Trata de Personas y la desaparición de personas, fenómeno delictivo que en el estado, todavía, no es de gran alcance, pero que va en aumento, advirtió Fernando Viveros, coordinador de programas de la organización ECPAT-México (Fin a la Prostitución Infantil, la Pornografía Infantil y la Trata de Niños con Fines Sexuales, por su siglas en inglés).
Viveros presentó este viernes algunos extractos del diagnóstico hecho en el estado en el 2018, por dicha red global, dedicada exclusivamente en erradicar la explotación sexual de niñas, niños y adolescentes, análisis que –dijo– permite tener en 2025 “una fotografía” de la situación que prevalece en la entidad.
Los detalles de ese diagnóstico se expusieron en el hotel Riu Caribe, durante el Tercer Foro Internacional organizado por la ECPAT, como un espacio centrado en la conversación sobre educación y el turismo, como pilares para prevenir la trata y la explotación sexual comercial de menores de edad.
El análisis revela que, pese a los avances institucionales –el reconocimiento y visibilización inédita de la problemática; campañas preventivas, acuerdos con el sector hotelero y la industria turística, cateos, detenciones, rescate de víctimas y sentencias a personas involucradas en la Trata de Personas– persisten condiciones estructurales y escenarios emergentes que favorecen la consecusión de este delito calificado ya como de “lesa humanidad”.
Por ejemplo, se detectó el uso de aplicaciones para contactar servicios ilegales en yates, lanchas o cruceros de corto arribo, en lugares como Cozumel, Mahahual e Isla Mujeres para la ESNA.
Viveros indicó que este negocio de renta de yates es “lucrativo” y no está reglamentado, al que se accede también por aplicaciones vía internet.
“La llegada de los grandes cruceros a Cozumel y Mahahual en el que bajan por horas depredadores sexuales o los yates y lanchas en Isla Mujeres, en la cual aprovechan espacios para la ESNA.
“No podemos dejar de mencionar el crecimiento de las mafias de Trata de Personas y el narcotráfico en el estado, que tienen como una fuente enorme de ganancias a la ESNA”, subrayó.
La ESNA tiene características de una pandemia
Viveros expuso que la ESNA se ha convertido en una suerte de “pandemia”, con comportamientos similares a los de una enfermedad contagiosa:
- se expande
- muta
- se adapta al entorno
- puede llegar a normalizarse si no se actúa con contundencia.
Recordó que en 2018 se realizó ese primer diagnóstico en el estado y que ahora, en 2025, se cuenta con una nueva “fotografía” que permite observar tanto avances como retrocesos.
Factores que inciden en la ESNA
En el documento se identifican cinco hechos clave que han influido en la evolución y combate de la problemática:
- Uno, la pandemia de COVID-19, que provocó una crisis sanitaria y social sin precedentes, con impactos prolongados en salud mental y aumento de la desigualdad.
Quintana Roo fue el estado con mayor caída en la actividad turística durante la emergencia sanitaria, y también uno de los que más rápido se recuperó. - Dos, el crecimiento acelerado del uso de Internet, redes sociales y plataformas digitales, tanto en el ámbito educativo como en el turístico, que ha generado nuevas formas de socialización, pero también ha abierto espacios para la captación, explotación y difusión de contenidos sexuales relacionados con niñas, niños y adolescentes.
- Tres, el desarrollo de infraestructura de transporte y comunicaciones, como el aeropuerto de Tulum, el puente sobre la laguna de Nichupté y el Tren Maya, que ha facilitado la conectividad en el estado y con entidades vecinas.
- Cuatro, la expansión de la oferta turística en prácticamente todos los municipios, con nuevos productos como el turismo comunitario, “que puede representar riesgos si no hay una participación informada y voluntaria de las comunidades”.
- Y por último, el fortalecimiento del marco institucional estatal, con acciones como campañas de prevención, reformas a la Ley de Turismo, la creación de una Fiscalía Especializada en delitos de trata y explotación sexual infantil, convenios con organizaciones de la sociedad civil y organismos internacionales, y programas de capacitación como “La trata no es un juego”.
Del pack al nude
Pese a estos esfuerzos, el fenómeno se mantiene en niveles preocupantes, afirmó. De acuerdo con estimaciones que se mantienen vigentes desde 2018, entre el 30 y el 40 por ciento de las personas explotadas sexualmente en Quintana Roo son menores de 18 años.
La Fiscalía Especializada ha registrado –entre su creación en 2023 y marzo de 2025– casos de víctimas de explotación con edades desde un año hasta 17 años. El delito más frecuente es la explotación de prostitución ajena.
Uno de los focos rojos señalados en el diagnóstico es el papel central que ha adquirido Internet como medio de captación y normalización de la explotación sexual.
Se identificaron nuevas modalidades, como la distribución de imágenes íntimas autoproducidas, el uso de plataformas como OnlyFans, las aplicaciones de citas, la oferta de servicios sexuales mediante redes sociales y la aparición del término “prepago” en la región, utilizado previamente en Sudamérica.
“Internet, con sus aplicaciones y redes sociales virtuales se ha convertido en uno de los principales instrumentos para el mantenimiento de esta problemática en grandes proporciones, así como nuevas formas de cooptación, explotación y normalización de los delitos.
“Del pack al nude; la normalización de fotos autoproducisas con ropa o sin ropa, del paquete al desnudo; las OnlyFans, aplicación como una forma de sobrevivencia; las páginas de internet, en oferta nenas, niñas; las aplicaciones de citas, las ofertas en líneas para trabajos sexuales que se ofrece en línea.”, dijo Fernando Viveros.
La desaparición de personas y su conexión con la Trata
El problema de personas desaparecidas también se relaciona con la explotación sexual comercial.
Según datos de la Comisión de Búsqueda, los grupos de edad con mayor número de personas desaparecidas a nivel nacional son las adolescentes de 15 a 19 años y niñas de 10 a 14 años.
Aunque Quintana Roo reporta uno de los menores porcentajes en desaparición de personas a nivel nacional, hay al menos una persona desaparecida en cada uno de sus 11 municipios.
El entorno familiar y escolar, que deberían ser espacios de protección, también fueron señalados como lugares de riesgo.
Se documentaron casos en los que la familia es el primer espacio de violencia, con abuso sexual perpetrado por familiares, así como contextos de venta de menores para fines de explotación.
Las escuelas, por su parte, fueron identificadas por adolescentes participantes en talleres de ECPAT-México como lugares donde ocurre acoso por parte de compañeros y docentes, además de la presencia de personas que actúan como ‘enganchadores’ para redes de trata.
El diagnóstico concluye que la responsabilidad en la prevención y atención del problema recae en todos los sectores: gobiernos estatal y municipal, empresas turísticas, academia, organizaciones sociales y familias.
Desde ECPAT-México se reiteró la necesidad de construir entornos protectores con la participación de todos los actores y con un compromiso presupuestal claro.
Asimismo, se enfatizó la importancia de que las universidades diseñen planes de estudio que analicen las externalidades negativas del turismo, como la ESNA, e incluyan protocolos internos para atender casos de violencia sexual.
También se planteó la urgencia de contar con un registro más amplio y preciso sobre los impactos sociales y económicos de los productos turísticos.
Finalmente, se subrayó que niñas, niños y adolescentes deben ser reconocidos como sujetos plenos de derecho y considerados en las políticas públicas no sólo como beneficiarios, sino como participantes activos en la construcción de ciudadanía.