El cobro escalonado del DNR a cruceristas en Quintana Roo ya es un hecho. Para Francisco Madrid, era necesario: los destinos maduros como Quintana Roo tienen la legitimidad para hacerlo.
Aunque históricamente las navieras han resistido cualquier intento de cobro adicional, el Gobierno de Quintana Roo logró concretar la implementación escalonada del cobro del Derecho de No Residente (DNR) para turistas que llegan por crucero.
Para Francisco Madrid, director del Centro de Investigación Avanzada en Turismo Sostenible (Starc) de la Universidad Anáhuac Cancún, se trata de una medida justa y necesaria.
“Nosotros creemos que deberían pagar. Y también creemos que no van a querer pagar”, dijo en entrevista con Newsday Caribe, cuando el cobro aún no era oficial. Hoy, el escenario cambió, pero su análisis sigue vigente: el pago es legítimo, aunque a las navieras no les guste.
Madrid explicó que, aunque el cobro recae en los pasajeros, las navieras suelen oponerse por principio a cualquier tarifa adicional, pues temen que afecte la competitividad de su producto. Sin embargo, reconoció que incluso un cobro mínimo del DNR a cruceristas en Quintana Roo representa un avance.
“Con la historia que tenemos, que paguen 5 o 10 dólares ya sería un gran avance”.
Los cruceros también deben contribuir
El experto dejó en claro que el turismo de cruceros, que sí genera beneficios económicos, debe también asumir una parte justa de los costos que implica recibir a sus pasajeros.
“En promedio, un pasajero en crucero en México toca dos puertos. Si se cobraran 40 dólares por puerto, hablaríamos de 80 dólares, que es lo que gasta un pasajero en tierra. Entonces, no es un cobro descabellado”.
Además, subrayó que Quintana Roo tiene una posición privilegiada para implementar este tipo de medidas, debido a la madurez de sus destinos y la inversión de las propias navieras en infraestructura local.
“Los puertos del estado son destinos maduros, de mucho interés tanto para los turistas como para las navieras. Eso da una ventaja importante”.
Crucero en Cozumel. Foto: Sdetur
No hay riesgo de fuga… pero sí de regateo
A pesar de las quejas por el cobro del Derecho de No Residente, Madrid considera improbable que las navieras dejen de operar en la región.
“¿Quieres cobrar más? Me voy a otra parte. Está un poco más difícil si el destino les gusta y tienen inversiones ahí. Por eso, lo que tratarán de hacer hasta el final es negociar lo más bajo”.
Contrario a los argumentos habituales de la industria, el director de Starc descartó que el DNR a cruceristas en Quintana Roo represente un riesgo real para el mercado.
“No creo que si México sube 5, 10 o 20 dólares sea un problema de mercado. Hay otros destinos que ya lo hacen”.
También pidió claridad en la forma de aplicar el cobro, del DNR a cruceristas en Quintana Roo ya que las leyes de derechos no siempre detallan si se debe cobrar por cada arribo o solo una vez por pasajero durante su ruta en el país.
Diagnóstico del mercado: un momento retador
Madrid también habló sobre el comportamiento reciente del turismo, especialmente durante la temporada de Semana Santa. Si bien reconoció que no fue la mejor del año, pidió esperar el cierre del primer cuatrimestre para tener una visión más completa.
“En el aeropuerto de Cancún, los datos de Asur muestran una caída de 6.7% en pasajeros internacionales, aunque una parte fue absorbida por Tulum. Del otro lado, sigue creciendo la oferta, así que hay que tener cuidado en culpar solo a la promoción”.
En su opinión, el problema es más profundo y estructural. Señaló la falta de asientos desde Estados Unidos como una prioridad más urgente que aumentar la publicidad.
“Hoy tenemos quizás menos asientos de los que quisiéramos en rutas a playas desde Estados Unidos. Tal vez habría que buscar con más agresividad mercados como el mexicano de cara al verano”.
Finalmente, hizo un llamado a coordinar esfuerzos entre el sector público y privado para enfrentar el entorno económico internacional, marcado por incertidumbre y señales de desaceleración.
“La confianza del consumidor en Estados Unidos está cayendo aceleradamente. Es un reflejo del impacto de ciertas políticas económicas, lo cual modifica el comportamiento del mercado y adelanta una fase recesiva”.