Pese a las tres suspensiones judiciales que ordenan la suspensión de las obras, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) reanudó la polémica construcción de su “casa de descanso” para militares estresados, en los márgenes de la Laguna Bacalar.
El Ejército había informado a representantes ciudadanos, el pasado 24 de abril, que había frenado los trabajos, que incluyeron la introducción de maquinaria pesada y rellenos en zona federal, en el cuerpo lagunar.
La decisión sobrevino luego del segundo amparo interpuesto. El primero fue promovido por residentes; el siguiente, por una organización civil; y el más reciente, por una veintena de infantes y adolescentes.
Sin embargo, ayer, habitantes de Bacalar informaron que los trabajos se reanudaron, sin mayor explicación.
El Ejército se había comprometido en abril a entregar y hacer pública una minuta de la reunión con la ciudadanía, para dar a conocer en qué consiste el proyecto, su estatus jurídico y las modificaciones a la obra, lo cual sigue sin suceder.
Argumentan que cuentan con permisos, aunque en realidad el proyecto de “remodelación” no fue evaluado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), que lo exentó del procedimiento.
No obstante, esta decisión despojó a la comunidad de la oportunidad de opinar y presentar sus observaciones respecto a los impactos del proyecto, lo cual violenta los Acuerdos de Escazú, convenio firmado por México.