El Departamento de Defensa de Estados Unidos dejará de compartir datos específicos para el pronóstico de huracanes con la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, por su siglas en inglés) y la NASA a partir del 31 de julio, en plena temporada ciclónica.
La medida, que inicialmente estaba prevista para el 30 de junio, se pospuso un mes tras la presión de autoridades científicas estadounidenses, pero podría afectar la precisión con la que se detectan e intensifican los ciclones tropicales, advirtió el Juan Palma, meteorólogo y editor en jefe de Meteored.
¿Qué datos se perderán?
Se trata de las imágenes obtenidas por la Sonda de Imágenes de Microondas con Sensor Especial (SSMIS), que permiten ver la estructura interna de los huracanes en 3D, incluyendo bandas de lluvia y vientos intensos, incluso durante la noche o cuando no vuelan aviones cazahuracanes.
Esta información es usada por el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) y se comparte con agencias meteorológicas de todo el mundo, incluida la Comisión Nacional del Agua (Conagua), a la cual pertenece el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Palma explicó que estos productos “van a quitarle tiempo y facilidad al meteorólogo operativo”, aunque aún se contará con herramientas como los satélites GOES y los aviones caza huracanes.
Aun así, advirtió:
“Sí va a afectar un poquito al pronóstico operativo de ciclones tropicales”.
¿Cómo afectará a México?
México depende en gran medida del pronóstico de huracanes proporcionado por el NHC de Miami, ya que no cuenta con satélites propios especializados para este tipo de análisis.
“Si llegara a haber una situación así, sí nos dejaría en jaque y podría ser un grave problema a nivel nacional, porque prácticamente estaríamos quedando a ciegas tecnológicamente hablando”, advirtió Juan Palma.
El meteorólogo señaló que, aunque existen otros satélites como los europeos de EUMETSAT, no están calibrados específicamente para huracanes del Atlántico.
“Son útiles, pero no con el nivel de precisión de los americanos”, dijo.
¿Hay alternativas?
Por ahora, la NOAA asegura que existen otras fuentes de datos para mantener pronósticos precisos, pero expertos coinciden en que no compensan del todo la pérdida.
México requeriría una inversión significativa en tecnología para alcanzar la autosuficiencia en monitoreo de huracanes.
Además, el retraso hasta el 31 de julio no resuelve el problema, ya que el pico de la temporada ocurre entre agosto y septiembre.
La falta de un plan para restablecer el flujo de datos pone en alerta a meteorólogos, autoridades de protección civil y comunidades vulnerables al impacto de ciclones.
Temporada 2025: ¿qué esperar?
Aunque la temporada comenzó con baja actividad, Palma advirtió que septiembre y octubre podrían ser complicados.
“Parece que julio seguirá tranquilo, pero desde mediados de agosto podríamos ver condiciones más intensas. Hay que estar atentos”, concluyó.
Con información de CNN, NOAA y ACIR Noticias