Debajo del camino clausurado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), que conecta la carretera federal 307 con el Tramo 5 del Tren Maya, no solo corre Sac Actun, uno de los principales sistemas de acuíferos de la Península de Yucatán. También se esconden ahí algunos de los tesoros naturales y culturales más importantes del Continente Americano.
El sistema de cuevas inundadas de Sac Actun es de tal relevancia, que fue designado como uno de los 100 geositios más importantes del mundo por la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS, por sus siglas en inglés), una organización que representa a más de un millón de geocientíficos de los cinco continentes del planeta.
Sobre ese sitio, poblado de selva y hogar de cientos de especies de flora y fauna, fue abierto un camino para conectar la carretera 307, que va de Cancún a Chetumal, con el Tramo 5 del Tren Maya –que ya de por sí abrió una herida sobre el macizo forestal– para unirse con la carretera 109, que une a Tulum con Cobá y, luego, con la vía hacia Chichén Itzá.
En el subsuelo, ríos subterráneos conservan vestigios de más de 45 especies de megafauna de la Edad de Hielo, como osos de cara corta, tigres dientes de sable y parientes antiguos de los elefantes, de acuerdo con los buzos de cuevas, José Urbina y Roberto Rojo, del movimiento de Sélvame del Tren.
Cavernas con valor incalculable
“Cualquier persona en una oficina diría ‘esto es extraordinario, porque nos va a ahorrar un montón de tiempo y dinero, además de todo lo que va a tener como desarrollo. Vamos a poder poner hoteles, gasolinerías, tiendas’.
“Pero la realidad es absurda, El valor de esta selva es incalculable. No hay absolutamente ningún desarrollo que compense su destrucción. El valor del acuífero que corre por debajo de esta selva, no hay nada que justifique su destrucción”, afirma Urbina.
Para poner en valor la importancia de la clausura aplicada por Profepa, el pasado 18 de abril, luego de la denuncia que Sélvame del Tren hizo sobre la apertura presuntamente ilegal de ese camino sobre el sistema Sac Actun, ambos activistas explicaron, mediante un video, que además de la riqueza faunística del lugar, las cavernas y cenotes resguardan restos humanos milenarios de enorme valor arqueológico.
Enlistaron algunos de esos hallazgos, entre los cuales se encuentra una decena de osamentas cuya antigüedad va de los 500 a los 12 mil 700 años, como el de Naia –de 12 mil 700 años– la Mujer de las Palmas, con 10 mil 500 años; la Mujer de Naharón o el joven de Chan Hol.
Los restos cuentan historias de los primeros pobladores de América y ofrecen claves para entender un mundo ya desaparecido, conforme a lo que resalta el también biólogo Roberto Rojo.
“En ellos están las respuestas del pasado para poder entender un mundo que ya desapareció. Además, estudiando los espeleotemas, estalactitas y estalagmitas, podemos entender mejor el clima del pasado y poder modelar y conocer y entender mejor el clima del futuro”, dice Rojo, quien además dirige el proyecto de divulgación de la Ciencia, “Cenotes Urbanos”.
Un paso de un marathon. La ciudadanía lo da junto a @PROFEPA_Mx, instamos a las demás dependencias gubernamentales que tienen como misión proteger nuestros recursos naturales, nuestro derecho a un medioambiente sano y nuestro patrimonio cultural, a vitalizar sus valores… https://t.co/HHX2UFOP3p
— Pepe Tiburón (@tiburon_pepe) April 21, 2025
Tales registros, deberían ser considerados Patrimonio de la Humanidad, destacó Urbina, quien enfatizó que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tiene pleno conocimiento de la importancia de estos hallazgos.
Este patrimonio subterráneo, que combina acuíferos, biodiversidad y acervo cultural y biológico, coincidieron, no pertenece únicamente a Quintana Roo, a la Riviera Maya o a México, pues su relevancia es mundial.
Urbina llamó a repensar las decisiones de desarrollo en la región para asegurar un progreso que respete y preserve estos valores.
En ese sentido, reconoció la clausura aplicada por la Profepa, como un paso fundamental para la protección de este entorno frágil.
“Profepa, con la clausura de este camino, nos está protegiendo a todos. No es para perjudicar a nadie, es en beneficio de todos”, indicó Urbina, quien recordó que la selva tiene la capacidad de regenerarse si se detienen los daños actuales.
Añadió que lo que se esperaría del INAH, obligado a preservar los vestigios del pasado, se comprometiera a proteger esta riqueza “y no ponerse al servicio de desarrollos o intereses alejados de esta misión”.
En esa misma ruta tendrían que alinearse –sostuvo– la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Sedatu, para evitar que la selva siga a la venta.