El costo del Puente Vehicular Nichupté, que cruzará el Sistema Lagunar para comunicar a la ciudad de Cancún con la zona hotelera, volvió a elevarse y podría duplicar su monto original.
Hasta enero del 2024 el costo iba ya por los 7 mil 847 millones, de acuerdo con el dictamen de factibilidad económica del proyecto presentado por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), monto que luego fue confirmado por funcionarios de la dependencia, durante el primer semestre.
Hoy, el costo estimado asciende a 9 mil 570 millones de pesos, conforme con la Cartera de Registro de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHyCP) que así lo consigna.
Sin embargo, esa cantidad podría ser superada, pues el año pasado se autorizó destinarle en 2025, 3 mil 500 millones de pesos para concluir la obra, de acuerdo con lo informado ayer por el director general del SICT, Jesús Antonio Esteva, durante la conferencia matutina de la presidenta, Claudia Sheinbaum.
Originalmente, en la primera etapa de inversión, señalada en 2022, el costo autorizado de la obra era de 5 mil 580 millones de pesos, pero un año después incrementó a los 7 mil 847 millones, por la necesidad de construir un “puente dentro del puente” –como lo llamó la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT)– para salvar una caverna de 70 metros de diámetro y una profundidad difícil de determinar, que supera los 80 metros.
El proyecto, que presumiblemente estará listo en agosto, luego de innumerables postergaciones, consiste en un puente vehicular de 8.8 kilómetros, sostenido por 660 pilas, cada una con 1.7 metros de diámetro, con 20 ejes de apoyo, separados uno de otro a una distancia de 50 metros.
Cruzará el Sistema Lagunar Nichupté –el más importante de Cancún– y contará con una sección transversal de 14.90 metros, para alojar tres carriles de 3.50 metros –uno por sentido, más un carril reversible– con un andador peatonal e incluye la construcción de dos accesos. Su edificación está a cargo de la empresa ICA, mediante licitación.
El puente metálico de arco prefabricado, con longitud de 103 metros para salvar la caverna –dentro del puente entero– no estaba contemplado, como tampoco las medidas adicionales que se aplicaron para la mitigación de los impactos ambientales, lo que elevó el costo por primera vez, de acuerdo con lo declarado por el delegado de la SICT, Guido Mendiburu.
Las obras han atravesado también por diferentes problemas y polémicas, como el derrame de sustancias tóxicas en aguas lagunares, mismo que fue contenido; los adeudos con transportistas marítimos del personal y del material; o el desmonte en zona de humedales como parte de la apertura de canales para mitigar los impactos.