Además de ser imán para quienes migran por cuestiones laborales o en busca de mejores oportunidades de ingreso y calidad de vida, ciudades como Cancún y Playa del Carmen han sido también el lugar para que personas con orientación, identidad o expresión sexual diversa, abran rutas y espacios que les permitan a ellas y a otros, ser quienes desean ser y amar a quienes desean amar en libertad, con plenitud y dignidad.
Sin embargo, tal y como sucede en el mundo, o en México, el camino aquí para las personas que integran la comunidad LGBTTTI+ tampoco ha sido sencillo y ha costado años de lucha y resistencia, enfrentando la discriminación, el estigma y la violencia, que va desde el simple señalamiento, el insulto o la mofa, hasta la expulsión de escuelas y colegios, el despido de empleos, la exclusión familiar, los golpes y los crimenes de odio.
“Todos vivimos la discriminación. ¿Por qué? Porque nosotros nos sentimos con derecho de poder señalar. Y no sabe toda esa gente que somos personas que día a día libramos batallas con la misma sociedad (…) Nosotros luchamos, no porque nos quieran, no porque nos amen. Es más, ni porque nos toleren.
Advertising Advertising“Nosotros luchamos porque nos respeten. Es un derecho fundamental y elemental que tú necesitas, que yo necesito y que todos necesitamos para poder, en esta sociedad, vivir libres, plenos y en santa paz”, afirma Noamy Hermida Nieves, en entrevista con NewsDay Caribe y Periodismo Objetivo.
Noamy es la primera mujer trans en ocupar la titularidad de la también primera Dirección de la Diversidad Sexual de Cancún, creada el año pasado, lo que significa que para el surgimiento de esta dependencia municipal tuvieron que pasar 54 años de lucha de los colectivos LGBTTTI+; de marchas, de incidencia política y de concientizar a las autoridades para abrirse ese espacio.
Su reflexión surge a propósito de la celebración del Orgullo LGBTTTI+ 2025, que pintará de colores, hoy, las calles de diversas ciudades en el mundo, para festejar no solo el amor diverso, sino para reivindicar los derechos y espacios de quienes integran ese acrónimo, que identifica a las personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, Transgénero, Travestis, Intersexuales y más.
A contracorriente
Con 24 años radicando aquí, tampoco para Noamy fue fácil plantarse como quien es hoy.
Nacida en el puerto de Veracruz, desde su infancia gustaba de los vestidos, las zapatillas y cosméticos de su mamá, pero temía la reacción de su padre, quien pertenecía a la Secretaría de Marina Armada de México (SEMAR), portaba siempre un arma y quería que su único hijo fuera doctor, se casara, tuviera hijos, que le diera nietos.
“Mi formación fue de mucho, mucho trabajo. Créeme que muchas de mis hermanas que salieron antes que yo, y que yo las miraba y decía: ¡’ay, qué padre! Yo no puedo porque mi padre es de la Armada y si le digo, se lo voy a tener que decir con un casco de fútbol americano y un chaleco antibalas, porque siempre le miraba una pistola’.
“Yo me di cuenta a los seis-siete años que me gustaba la ropa de mi mamá, las zapatillas y el jabón Maja; el talco me lo ponía como china y yo me sentía realizada con una toalla, con esos detallitos, con esos juegos; podría decir, de buscar mi identidad (…) en mi caso yo sí me sentía una niña y siempre me gustaban las cosas de mujer, cuando jugaba yo me sentía la Mujer Maravilla y me decían ‘no, pero si tú eres niño’”, relata.
Para pasar el menor tiempo posible, además de la escuela, buscó hacer algún deporte, porque de ser por ella, se hubiera ido de casa “desde los seis años”, pero carecía de herramientas, de una red de apoyo amplia y el mundo tampoco estaba preparado para comprender la transexualidad.
“No había ni tanta información de una mujer transexual. Eras una ‘vestida’, así nos llamaban antes: “Vestidas’”.
Para llegar a este momento tuvieron que pasar muchas cosas y perderse vidas, de personas que, valientemente, se atrevieron a hacerse visibles, para demandar sus derechos, algo que Noamy quiso resaltar.
“Gracias a todas aquellas que con sus cuerpos inertes y con toda la sangre y con toda su valentía han forjado el camino en el que estamos transitando una servidora y las que vienen detrás, que cada vez tienen más derechos ganados (…) Sí, somos las ‘dinosaurias’ de la población transexual, pero esas dinosaurias somos las que seguimos dando la batalla para que mis infancias vengan con todo”, subraya.
Impulsada por su madre, una mujer que le inculcó valores y principios, Noamy estudió la carrera de Relaciones Exteriores, con tramos muy amargos que, por poco, la hicieron desistir.
“Un día yo llegué y le dije: ‘Mamá yo no quiero seguir estudiando’, porque tenía que pasar por un pasillo donde me escupían, donde me tiraban gomas, donde me tiraban papeles y me decían tantas cosas que… por la no repetición es que yo lucho, para que mis hermanas, hermanos, hermanes, mínimo, la discriminación y toda esa violencia la vean nada más en un diccionario y no en carne propia, porque es muy feo.
“En ese aspecto ella me dijo algo que me marcó mucho: ‘Estudia, porque lo único que te voy a heredar van a ser los conocimientos. Y así yo voy a estar tranquila de que, al menos vas a tener las armas para poderte defender en esta sociedad y si no lo haces’ –porque son muy groseras las jarochas– ‘es por pen…ya sabes’”, narró, en una mezcla de risas, pero con los ojos hechos agua, al evocar ese pasaje de su vida.
Terminada su carrera, se marchó de Veracruz, con rumbo a Ciudad Juárez, trabajó en una maquiladora y luego aterrizó en Cancún, en donde llegó a trabajar como estilista, en la zona conocida como El Crucero.
Aquí encontró el amor y lo vivió durante 18 años de relación estable, tampoco ajena a la crueldad social, pues no solo ella era objeto de discriminación. También su pareja.
“Ya tenemos dos años de separados y somos los mejores amigos (…) Yo Noamy, me enamoro del ser humano, porque mucha gente no está preparada para ver a una mujer trans y a un hombre, porque también el hombre sufre de discriminación”, expresó.
Explicó que si bien las mujeres y hombres trans, saben o intentan lidiar con la discriminación, para sus parejas resulta algo nuevo, más dificil de manejar, lo cual fomenta dinámicas de ocultamiento que terminan dañando la relación.
“Yo no nací para estar oculta, yo nací para ser visible y si en mi vida tú no quieres estar, te entiendo, porque también te tengo que proteger en ese aspecto.
“Si yo ya sé e hice una coraza de todo lo que la sociedad me dice, yo sé que tú no estás preparado. Por eso es muy difícil”, manifestó.
En ese sentido, consideró importante que las parejas acudan a terapia para saber cómo gestionar las emociones generadas por el señalamiento cruel y el acoso de una sociedad que se siente con la potestad “de juzgar todo lo que no está dentro de la heteronorma”.
“Entonces nos quedamos entre cuatro paredes para ver una película. No es justo. No es justo que, porque lo que tú decidas amar, te limite a ti a ciertas actividades porque la sociedad no te permite el acceso a lo fundamental, que es un cine, un teatro”, reprochó.
Noamy también habla de las violencias que viven las disidencias sexuales, especialmente las mujeres trans, quienes considera que enfrentan mayor discriminación.
“Nadie tiene el derecho de violentarles, de levantarles la mano, ni económicamente, ni depender de un hombre económicamente porque él te quiere hacer ese tipo de violencia, ni verbalmente, ni mucho menos física.
“Descubramos los tipos de violencia que estamos pasando, porque sí es importante que, antes de una mujer, son seres humanos y venimos a ser plenas y felices y nadie tiene derecho de coartarnos ese derecho”, subrayó.
Aún con las limitantes que aún existen en la ciudad, en donde prevalecen los prejuicios y la doble moral, Noamy destaca que Cancún ha sido refugio para personas que huyen de otras entidades o de comunidades del sur del estado, que forman parte de la diversidad sexual.
“Muchos de los municipios, sobre todo en el sur, emigran hacia Cancún porque ven un poco más de apertura. Gente de las comunidades por Bacalar, Kantunilkin están todavía más cerrados y las personas de la diversidad tienen que emigrar para salvaguardar su integridad dentro de la misma familia o de la misma comunidad que no pueden todavía asimilar, porque está muy arraigada todo eso, esa cultura en donde no puedes darte el lujo de ser diferente a lo que la heteronorma dice.
“Entonces emigran a buscar más oportunidades, a buscar esa aceptación y esa libertad de decidir quien quieres ser”, manifestó.
A pregunta expresa, Noamy respondió que, a tono de la celebración de hoy, es un orgullo ser parte de la comunidad diversa, por todo lo que este sector ha vivido y les ha permitido forjarse un carácter.
“Estoy orgullosa, primero, de que me acepté, de que me amo tal y como soy, que soy sorora y lo que quiero dejar es un legado de derechos, en un estado y un municipio en donde necesitamos que sea una inclusión directa (…)
“No porque seamos personas de la diversidad quiere decir que vamos a vivir bajo la opresión y bajo un sistema en el cual nosotros no existimos. No, ya existimos. Mi orgullo es ser una mujer en estos tiempos, porque lo que estamos haciendo es construir dentro de nuestra misma sociedad (…) y orgullosa de estar aquí y sobre todo, no de ser la primera, sino de no ser la misma”, sostuvo.
Agregó, que existe aún mucho trabajo por hacer en pro de la diversidad sexual, un espectro que incluye a la gente heterosexual, como parte de un crisol de alternativas para ser y relacionarse emocional y sexualmente. Y remarcó la importancia de educar y educarse en el tema, porque no todo es salir a marchar entre fiesta y algarabía.
“Esta lucha no se gana con pintas y con marchas, se gana con conocimientos, para poder ocupar lugares que con mucho esfuerzo y mucha lucha hemos ganado en esta sociedad”, dijo.
La Dirección de Diversidad Sexual
A casi un año de su funcionamiento, la Dirección de Diversidad Sexual ha atendido a más de 300 personas usuarias de la comunidad LGBTTTI+, en su mayoría, jóvenes entre los 20 y 25 años, aunque también han llegado personas menores de edad acompañados de sus madres y padres.
Cuenta con la participación de cuatro coordinadoras trans y funge como un espacio de información, acompañamiento y articulación interinstitucional para atender las demandas y necesidades de una población históricamente excluida.
Noami explicó que el propósito de esta dependencia es reducir los índices de discriminación por orientación sexual, identidad o expresión de género, condiciones que han limitado el acceso de muchas personas a un empleo digno y a la participación plena en la sociedad.
Desde este nuevo espacio se busca promover el respeto mediante la información y la capacitación, y se busca canalizar las necesidades de la comunidad de la diversidad, hacia las autoridades competentes, ya sea denuncias, cambio de identidad, servicios de salud, entre otros.
“Nosotros no adoctrinamos, informamos”, aclaró, al agregar que “lo que no se habla, no se escucha, y lo que no se escucha no se puede atender”.
“No venimos a buscar espacios de nadie, solamente a ser parte, incluirnos en tu estado, en tu municipio, en tus pláticas, en tu familia con el respeto que nos merecemos todos por ser personas y sobre todo ser seres humanos”, consideró.
Si bien la actual administración municipal ha sido sensible al tema y ha incorporado a mujeres trans en puestos de decisión institucional, esto ha implicado también enfrentar resistencias y procesos de adaptación interna.
“La transición de activistas a servidoras públicas implicó toparnos con pared”, dijo. Desde entonces, han trabajado en generar sensibilización al interior de las instituciones mediante cursos a personal de áreas como jueces cívicos, prevención del delito, bomberos y centros de retención. A través de pruebas periódicas de evaluación, buscan identificar resistencias y ajustar contenidos.
La funcionaria aclaró que muchas personas trans no se sienten identificadas con el sistema, ya que han sido utilizadas sin una verdadera representación, pero aseguró que la apuesta de su gestión es construir puentes para reducir desigualdades y generar vínculos con quienes toman decisiones. “Estamos aquí para servir, no para presumir”, indicó.
La dependencia también busca incorporar a mujeres trans y lesbianas al programa “Ellas Facturan” del Instituto Municipal de la Mujer, que ofrece acceso a servicios de salud física y mental, así como apoyos al emprendimiento.
El deporte y la educación también forman parte de los ejes de trabajo. La directora señaló que algunas mujeres trans han sido restringidas en su participación deportiva, por ejemplo, en torneos de voleibol, donde solo se les permite actuar en ciertas posiciones.
Aunque el Instituto Municipal del Deporte ha mostrado disposición, explicó que las reglas muchas veces provienen de quienes organizan los torneos, lo que genera limitaciones.
En el ámbito educativo, la discriminación persiste, principalmente por parte de docentes o personal administrativo. En respuesta, la Dirección realiza pláticas de sensibilización.
También se canaliza a víctimas de violencia por motivos de identidad o expresión de género, hacia instancias como el Instituto Municipal de la Mujer (IMM) o el Instituto Municipal de Salud para atención psicológica, médica o jurídica.